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jueves, 1 de marzo de 2018

Extraño esos viernes

Extraño la partida y el regreso.
Aquella sensación de quedarme paralizado,
por el desarraigo mañanero.
Alienado empezaba el día, como en otra sintonía.
Lo extraño. Cada vez que me tomo unos mates en casa,
añorando aquellas épocas de matices informáticos.
Extraño el encuentro con impolutos compañeros,
de pensamientos ignorantes de lo absurdo.
Intolerantes, precavidos.
De insensibilidad futbolera, gastadora, insolente.
Los mediodías eran raros, dispares.
En las parrillas o en los  bares
Algunas veces el delivery de pizza o empanada,
la mesa del  taller bastaba para esos menesteres
y de sobremesa una sesión de juegos en red.
Extraño esos momentos unificadores de emociones,
de alegrías y de habilidades treintañeras.
Luego, la frágil parsimonia del sector ventas,
entristecía la tarde somnolienta que remontaba 
después de las cuatro, con el cafecito apenas cortado 
en taza grande, que amablemente  traia doña María.
la dulce señora de la limpieza.
Ella sabía que  necesitábamos cafeína,
para seguir hasta las siete entre hardware y software.
Ya en la última hora del viernes,
se agigantaba la emoción de partir
hacia el hogar o hacia la facu.
Uno se siente enorme sabiendo que es viernes
y se cobra la semana.
Como extraño esos viernes, esperando a toda hora 
aquellos blancos sobres,
y cuando el Jefe llamaba para cobrar,
y volvíamos por el pasillo cabeza gacha,
la desilusión se hacía carne y resignación.
Cada semana era igual pero se lo extraña.
Tantos años sin esperarlo.
Tantos años sin recibirlo.
Aun con la queja, aun con la angustia
Y al volver a casa o a donde sea,
todo pasa y todo queda.
Uno se acostumbra.
Se extraña la costumbre de sentirse digno cada viernes.

Alejandro Luna

miércoles, 25 de octubre de 2017

Cowboy dreams


I had a dream about you
walking towards me,
just with your cowboy boots
and your Texan hat,
and a subtle plaid dress,
well above
of your beautiful knees.
With one hand you held
the hat so that the swirling wind
do not throw it away
and with the other hand
your bag full of scribbles,
full of fantasies
inspiring,
endless muses for me.
And your dress
of fine silk
plaited on the skirt,
low cut on the torso
capriciously flew
by the swirling wind.
Under that
you only had your smile that makes me fall in love
and your messy looped hair
that only contained it
my tender imagination.


Nigth Club Karim´s

Club Karim No me podía concentrar aquella noche lluviosa. Aunque trataba de olvidar los hechos acaecidos unas horas atrás, no lograba p...