sábado, 24 de noviembre de 2018

No puedo no quiero


No puedo salir de este infierno
Atrapado entre tus juegos siniestros
Mas alla del tiempo y el olvido
Mi alma recuerda el calor de tus manos

Y no puedo despegar de tus brazos
De tu cuerpo, de tus ojos
Que me miran desde adentro
Desde el fondo de mi esencia

Siento tus manos acariciando mi espalda
Y siento tus labios besando mi cuerpo
Pero despierto en el mismo instante
En que te estoy amando

Despierto sudado con fuego en mis manos
Mi mente no entiende
Que pasa, que siente
Pero se resiste a dejar de quererte

No puedo dejar de tenerte
Apretándote el cuerpo
Deseando tocarte y besarte
A cada momento

 Alejandro Luna

El tiempo entre nosotros


El tiempo entre nosotros  
Ha pasado más allá del olvido 
Eterno ignífugo maquillado 
De temperamento sin motivo  
De aguas calmas de montañas nevadas 
Como un ave sin radar que no puede encontrar la primavera 
El tiempo entre nosotros 
Nos ha forjado las ganas 
Nos ha motivado el encuentro 
A pesar de la ausencia. 
Pero ya no pueden volver esos días 
De romance alocado 
De responsabilidad indiferente 
De mirar la luna y buscar un suspiro 
El tiempo entre nosotros 
Ha quedado cautivo 
En nuestras miradas apasionadas 
De idilio adolescente 
En nuestros llantos desconsolados  
De perdernos sin motivo 
Y al verte después de tanto vivido 
El espacio entre nosotros  
Ha quedado en el olvido 

 Alejandro Luna


lunes, 23 de julio de 2018

La noche fue testigo


La noche fue testigo
de nuestra visita a los jardines del otoño,
 marchitos por el frio y el olvido.
La noche fue cómplice
 de lujurias y obsesiones
que marcaron nuestros cuerpos
y nuestras mentes.
Ya no quedan páginas en blanco
con destellos de frágiles palabras,
solo detalladas odas
de artífices sensaciones
relampagueantes de misterio
 en las sombras olvidadas
de tu corazón abatido
por tu lejanas coincidencias con mi amor.
Muchas veces en la madrugada
no puedo pensar en otra cosa
que no sea en ti,
y transformo en suspiros
tu mirada y tu voz.
Todo paso tan de repente.
Y las cosas que vivimos
y los momentos que disfrutamos
se fundieron en un lacónico recuerdo
crispado desvencijado,
como una foto vieja abandonada
en el fondo de un cajón de aparador
de cocina de los años setenta.
Así de repente terminaron
los días de nuestros días.
Como pensar en el amor y no recordarte.
Como pensar en ti y no soltar
lagrimas de melancolía
 sobre el papel donde escribo estas palabras.
El tiempo ha guardado nuestra historia
como recuerdos de un pasado
en una antología
de un ciclo de nostalgia.
Necesito tu amor una noche más,
tan solo una noche
para que pueda volver a sentir
toda esta pasión guardada solo para ti



domingo, 29 de abril de 2018

Botas vaqueras


Te soñé 
caminando hacia mí, 
solo con tus botas vaqueras 
y tu sombrero tejano, 
y un sutil vestido tableado, 
muy por encima 
de tus hermosas rodillas. 
Con una mano sostenías 
el sombrero para que el viento arremolinado 
no lo arroje lejos 
y con la otra mano 
tu bolso lleno de scribbles, 
repletos de fantasías  
inspiradoras, 
musas interminables para mí. 
Y tu vestido 
de fina seda 
tableado en la falda, 
escotado en el torso 
volaba caprichoso 
por el viento arremolinado. 
Debajo de eso 
solo tenias tu sonrisa que me enamora 
y tu cabello revuelto de rulos
que solo lo contenía 
mi tierna imaginación. 

Alejandro Luna

jueves, 8 de marzo de 2018

Mujer


Suave e intensa  tu fuerza proyectas
desde que naces hasta el ocaso
y en tu camino alimentas,
sueños, tuyos y ajenos,
con tu cuerpo alimentas vida y alegría,
con tus ojos la esperanza
y la ternura de quien los mira
porque eres creación
y poesía que inspira.
Mujer fuerte y débil, suave y áspera,
femenina y masculina,
sabes ser ambigua y definida,
cuando amas sos un gatito mimoso
y cuando peleas una pantera furiosa.
 Mujer  que has sufrido el encanto
y vivido el desencanto,
tu homenaje bien lo vale
por tu osadía y por tu coraje

Alejandro Luna

jueves, 1 de marzo de 2018

Extraño esos viernes

Extraño la partida y el regreso.
Aquella sensación de quedarme paralizado,
por el desarraigo mañanero.
Alienado empezaba el día, como en otra sintonía.
Lo extraño. Cada vez que me tomo unos mates en casa,
añorando aquellas épocas de matices informáticos.
Extraño el encuentro con impolutos compañeros,
de pensamientos ignorantes de lo absurdo.
Intolerantes, precavidos.
De insensibilidad futbolera, gastadora, insolente.
Los mediodías eran raros, dispares.
En las parrillas o en los  bares
Algunas veces el delivery de pizza o empanada,
la mesa del  taller bastaba para esos menesteres
y de sobremesa una sesión de juegos en red.
Extraño esos momentos unificadores de emociones,
de alegrías y de habilidades treintañeras.
Luego, la frágil parsimonia del sector ventas,
entristecía la tarde somnolienta que remontaba 
después de las cuatro, con el cafecito apenas cortado 
en taza grande, que amablemente  traia doña María.
la dulce señora de la limpieza.
Ella sabía que  necesitábamos cafeína,
para seguir hasta las siete entre hardware y software.
Ya en la última hora del viernes,
se agigantaba la emoción de partir
hacia el hogar o hacia la facu.
Uno se siente enorme sabiendo que es viernes
y se cobra la semana.
Como extraño esos viernes, esperando a toda hora 
aquellos blancos sobres,
y cuando el Jefe llamaba para cobrar,
y volvíamos por el pasillo cabeza gacha,
la desilusión se hacía carne y resignación.
Cada semana era igual pero se lo extraña.
Tantos años sin esperarlo.
Tantos años sin recibirlo.
Aun con la queja, aun con la angustia
Y al volver a casa o a donde sea,
todo pasa y todo queda.
Uno se acostumbra.
Se extraña la costumbre de sentirse digno cada viernes.

Alejandro Luna

Nigth Club Karim´s

Club Karim No me podía concentrar aquella noche lluviosa. Aunque trataba de olvidar los hechos acaecidos unas horas atrás, no lograba p...